La dermatitis atópica es una enfermedad cutánea inflamatoria crónica, que se manifiesta en forma de brotes de distinta intensidad.
Su etiología es multifactorial y no se conoce exactamente la causa, pero se sabe que hay algunos procesos que participan en el desarrollo de la enfermedad, como son la alteración en la barrera cutánea y cierto desequilibrio en la respuesta inmunológica.
Todo esto, da lugar a los signos y síntomas típicos de la Dermatitis atópica: piel seca, picor intenso, edema, exudación, formación de costras y descamación en placas.
La distribución de las lesiones cambia de la infancia a la edad adulta, desde la cara y las regiones flexoras en los más pequeños hasta zonas más extensas en los mayores
En la piel atópica, existe una alteración de la barrera cutánea y por lo tanto una pérdida de funcionalidad. Está alteración se debe a varios factores, empezando por la deficiencia en componentes básicos de estructura de la piel como son los ácidos grasos esenciales o proteínas como la Filagrina.
Esto resulta en una barrera cutánea deficiente, irregular y cada vez menos protectora, lo que causa deshidratación de la piel al ser incapaz de retener el agua transdérmica, y una mayor permeabilidad a agentes irritantes.
Esto desencadena respuestas inflamatorias frente a los agentes externos, pero que irremediablemente también afectan a la piel, por lo que el proceso inflamatorio y el trauma por el rascado aumentan aún más la disfunción.
Pasos para cuidar una piel atópica
Diagnóstico por parte del dermatólogo y tratamiento de prescripción específico si fuese necesario. Este tratamiento se acompañará además de unos cuidados dermofarmacéuticos.
Cuidados en fase de brote. Además de controlar el proceso agudo de inflamación y picor, el tratamiento debe ir dirigido a restaurar la barrera epidérmica para devolverle su funcionalidad. Para ello elegiremos dermocosméticos emolientes y regeneradores de la barrera cutánea.
Cuidados diarios en fase de mantenimiento. El cuidado de la piel de forma diaria es uno de los pilares fundamentales en el tratamiento de la dermatitis atópica. Acompañado siempre de educación sanitaria, para mejorar la adherencia y por lo tanto el éxito del tratamiento.
Cuidados en fase de brote
Paso 1: Higiene de la piel
Nuestra elección es el aceite limpiador (facial y corporal) de Ceramol 311. Se aplica, se deja actuar unos minutos y se retira o con una gasita o con agua como prefiráis. Es muy importante secar la piel a toques, nunca restregar.
Consejo farmacéutico: mejor realizar baños o duchas cortos con agua tibia.
Paso 2: Recuperación de la función barrera
La recuperación de la barrera cutánea es un paso importantísimo. Por la mañana recomendamos utilizar la crema 311 y por la noche Lipocrema 311 de Ceramol.
Mientras la primera es más fluida y puede utilizarse en zonas más amplias, la segunda tiene un textura más densa para zonas específicas.
La gama de ceramol, incluye las 3 clases principales de lípidos epidérmicos: ceramidas, colesterol y ácidos grasos, y casi más importante en la proporción adecuada (3:1:1).
Cuidados en fase de mantenimiento
Paso 1: Higiene de la piel
La higiene diaria se debe realizar con una base limpiadora espumante de tipo syndet o un oleogel, es decir, con tensioactivos suaves e ingredientes relipidificantes, como por ejemplo la glicerina y las ceramidas.
Dos de nuestros favoritos son el Aceite de Ducha y el Gel de ducha Atoderm de Bioderma, con biolípidos vegetales, vitamina B3 o niacinamida y la patente Barrier Skin Therapy, con los que van a mejorar la función barrera de la piel.
Paso 2: Recuperación de la función barrera
Se debe hacer de forma diaria, justo después de la ducha y si es posible dos veces al día.
En el caso de la hidratación corporal nos gusta especialmente la crema base 311, con acción emoliente, pero también calmante y antipruriginosa. Con ceramidas, colesterol y escualeno.
Mientras que en la hidratación facial tenemos dos opciones gel facial 311 (con ceramidas, colesterol, ácido hialurónico y alantoína) ideal para pieles grasas, o la crema facial 311 (con ceramidas, colesterol, escualeno y manteca de karité) para pieles más secas.
Paso 3: Protección solar
Debido a la alteración de la barrera cutánea que presentan las pieles atópicas presentan una mayor sensibilidad a factores externos como es el caso de la radiación solar. Por eso, es imprescindible utilizar protector solar con factores de protección altos, y que protejan de todos los tipos de radiación.
Uno de los protectores solares que más recomendados en este tipo de pieles es el Mineral Spray de Bioderma, un spray solar con filtros 100% minerales, con protección muy alta anti-UVA/UVB, para piel alérgica, piel atópica y bebés.
Sin alcohol, perfumes y conservantes con riesgo de alergia.
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GEL DUCHA ATODERM BIODERMA12,95€ IVA Incluído
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PHOTODERM MINERAL SPF50+ BIODERMA19,95€ IVA Incluído
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Consejo farmacéutico extra.
En algunos casos de dermatitis atópica recomendados incluir un complemento a base de probióticos y prebióticos, como Dermaveel Pro de Heel.
Hay una gran relación entre la microbiota intestinal y algunos de los problemas dermatológicos. Dermaveel cuentan con estudios con resultados muy positivos en pacientes con Dermatitis Atópica.
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